Palmas y compás
Esta forma de acompañamiento rítmico, junto con el realizado por los golpes de nudillos en la madera de mesas y barras, fue el originario en los comienzos de este arte, mucho antes de que se empezaran a usar el cajón y otros muchos instrumentos de percusión que se emplean hoy en día. Hoy y siempre es uno de los signos distintivos más representativos del flamenco.
El dominio de esta forma de acompañamiento y el conocimiento de los diferentes ritmos dentro de los palos del flamenco, son base fundamental tanto para bailaores, cantaores, guitarristas y percusionistas, por lo que constituye un complemento ideal y esencial en su formación.
Se trabaja desde aprender los diferentes ritmos, hasta mantener el compás, acompañar las letras con palmas sordas o sonoras según se precise, dar respuesta al cante al toque o al baile sabiendo donde rematar o cerrar, acompañar las escobillas y subidas de tiempo en el baile.
Imparte Dani Peña. Taller intensivos.